La pequeña ciudad de Kissimmee en Florida, de no más de 70 mil habitantes, es la antesala al paraíso de la diversión, el Magic Kingdom de Disney,
los parques de atracciones de Universal, el famoso SeaWorld, el Kennedy
Space Center y un largo etcétera. A lo largo y ancho de esta población
se ha desarrollado una serie de negocios que explotan de una u otra
forma estos atractivos turísticos. Las gigantescas bodegas con souvenirs
imitación de los costosos productos que se consiguen dentro de estos
parques son el vivo ejemplo de dicho aprovechamiento. ¡Hay para todos!
Hospedajes de grandes, medianos y bajos presupuestos. Desde visitas
reposadas a museos y jardines, hasta paseos en globos y helicópteros.
Pero este paraíso colorido tiene otra cara: la de centenares de personas sin trabajo que viven hacinadas en casas móviles o en los hoteles de paso, muchos de ellos inmigrantes puertorriqueños, y de casas espaciosas abandonadas que no pudieron ser pagadas tras la última crisis económica. Esta fue la realidad que descubrió el productor y guionista de la película Chris Bergoch en varios viajes que realizó mientras su madre se mudaba a la Florida Central hace unos cinco años. Muchos de esos hoteles de la conocida autopista Irlo Bronson Memorial, albergaban en realidad a familias sin oportunidades que pagaban semanalmente un renta baja por los cuartos. Lo primero que le llamó la atención fue ver a niños jugando por la autopista.
Muy bien
ResponderEliminarMuy bien
ResponderEliminarbien
ResponderEliminarGenial 👍
ResponderEliminarMuy bien
ResponderEliminarQue chido
ResponderEliminarBuenisimo
ResponderEliminarEs interesante👍
ResponderEliminarMuy bienn
ResponderEliminarMuy bien
ResponderEliminarMuy bien
ResponderEliminarque buena reseña amiga
ResponderEliminarMuy bien
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